¿Puede ver mi bebé? ¿Cómo ve durante las primeras semanas?, ¿es capaz de reconocer mi cara? Son preguntas muy comunes entre padres, y es que los bebés han pasado 40 semanas en la semioscuridad que proporciona el útero materno por lo que entendemos que no es fácil adaptarse a la claridad y las tonalidades de su nuevo entorno. Es más, de la misma manera que todavía no saben andar o hablar, han de entrenar su visión para que esta llegue a su máximo desarrollo.
El sentido de la visión del bebé, aunque algo
borroso al nacer, está perfectamente en sintonía con su necesidad de ver a la
persona más importante para él. Un recién nacido puede concentrarse en objetos
situados a 20 ó 30 cm de sus ojos (justo la distancia a la que se encuentra la
cara de mamá cuando le alimenta) y especialmente los contrastes blanco-negro.
Las
caras satisfacen muchas necesidades de la limitada percepción del bebé:
los ojos brillantes y la boca oscura crean un contraste, mientras que el
cabello que enmarca la cara estimula su visión periférica. Tu cara no sólo
tiene todos los rasgos visuales que le gustan al bebé, sino que además se mueve
y emite sonidos. El niño ve los bordes de las cosas mejor que la parte central
o los detalles. Mantiene sus ojos fijos en ti y recibe la misma respuesta. Este
intercambio de miradas marca el comienzo de un vínculo creciente.
Cuando
un bebé nace su visión no está completamente desarrollada,
por lo que es importante que vayan dándose todas las etapas del desarrollo de
manera adecuada para que las habilidades visuales también vayan desarrollándose
acorde a ello. Estas son las etapas en
la visión del bebé:
- La
visión del bebé recién nacido no es nítida, sino borrosa y todavía no ve en
color, su visión es en blanco y negro.
- A
partir de los 3 o 4 meses empieza a distinguir caras, comienza a ver
tonalidades rojizas y poco a poco irá captando el resto de los colores.
- Es
entre los 6 y los 10 meses, con la etapa del gateo, cuando comienza el
desarrollo de la visión binocular, es decir, la utilización de los dos ojos
a la vez. Durante la etapa del suelo tiene mucha importancia el desarrollo
visual ya que es cuando el niño comienza a colocarse a cuatro patas y empieza a
utilizar el enfoque y se desarrolla la visión periférica, porque ya solamente
no tiene que estar quieto en un sitio, sino que tiene que desplazarse y por
tanto tiene que utilizar otras habilidades y otros recursos para poder
desenvolverse de manera adecuada en su nuevo entorno. En esta etapa también
comienza a desarrollar la coordinación ojo-mano y todas estas habilidades se
completan aproximadamente a los 3-4 años.
- Los ojos se mueven gracias a que tenemos
muchos músculos y esos músculos tienen que trabajar de forma coordinada y
precisa, ese desarrollo se completa
sobre los 5 o 6 años que es cuando empieza el inicio de la lectura.
Estimular
la vista
Es importante el estímulo visual para enfocarse
y mejorar. La visión es el único sentido que no se ha practicado antes de nacer
y llega en un estado primitivo.
Cada experiencia de visión ayuda al bebé a
perfeccionar su capacidad de observación, su percepción espacial y su
coordinación de ojos y manos.
Cuanto mayor sea la variedad de cosas que ve el
bebé para fomentar su desarrollo visual (caras y contrastes entre blanco y negro marcados en principio,
detalles y colores poco después), mejor será después en las cosas que requieran
capacidad visual.
A los bebés les gusta mirar las cosas que
presentan contrastes marcados, como el blanco y el negro, y formas como las
dianas, las rayas y los círculos. Ahora el bebé mira el móvil o las fotos que
hay sobre el cambiador con creciente atención, porque las ve mejor. No se trata
de mirar por mirar, sino que la visión del bebé se estimula con los detalles.
En definitiva, a través de la mirada se
establece el principal intercambio entre el bebé y su entorno, empezando por
los padres, pero la visión es el sentido menos desarrollado en el recién
nacido. Por ello requiere un proceso de adaptación y aprendizaje.
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