El nistagmo es un movimiento incontrolado,
rítmico e involuntario de ambos ojos, que se manifiesta al fijar la mirada en
una dirección; puede ser congénito o adquirido, y se asocia a enfermedades
oculares en la infancia. Mediante un diagnóstico precoz se logra la rehabilitación
visual. Las medidas irán encaminadas a conseguir el máximo de visión: gafas
para corregir las ametropías, ejercicios y estimulación visual.
Múltiples enfermedades oculares se asocian con
nistagmo en la infancia: cataratas congénitas, glaucoma congénito, aniridia,
acromatopsia, alta miopía, albinismo oculo-cutáneo, hipoplasia del nervio
óptico y amaurosis congénita de Leber; otras están asociadas a enfermedades del
sistema nervioso central y a medicaciones o drogas.
Al principio, puede ser difícil establecer un
pronóstico de visión; a menudo mejora al detenerse la medicación que lo
ocasionó y, a medida que el cerebro del niño madura, aumenta el control sobre
los ojos, disminuye el movimiento y mejoran la visión y el nistagmo en los
primeros meses de la vida. Existen subtipos que, incluso, pueden llegar a
desaparecer; a veces, si se puede suprimir la causa que lo originó, se podrá
eliminar el nistagmo, pero en muchos casos es permanente.
El nistagmo no tiene tratamiento; todas las
medidas terapéuticas irán encaminadas a conseguir el máximo de visión posible:
gafas para corregir posibles defectos de refracción asociados, ejercicios y
estimulación visual; si presenta estrabismo asociado, hay que tratarlo, pues
frecuentemente los pacientes desarrollan posiciones compensatorias de la cabeza
para obtener mejor agudeza visual.
En algunos casos seleccionados, en los que
existe tortícolis marcado por tener bloqueo en la mirada lateral, puede estar
indicado operar de estrabismo. También existe la posibilidad de tratarlo
mediante la inyección de toxina botulínica en los músculos oculares, para así
disminuir el movimiento ocular y permitir una mejor visión; pero esto se trata
de un efecto transitorio.
Una investigación realizada en la Consulta de
baja visión del Hospital Universitario «Arnaldo Milián Castro» de Santa Clara
mostró que, de 894 pacientes atendidos, el 1,3 % presentaron nistagmo congénito
idiopático, asociado a otras enfermedades, y 11 pacientes mejoraron la visión
con el uso de cristales.
Predominó la raza blanca, el sexo masculino y
las edades comprendidas entre cero y 14 años. Tiene una baja prevalencia y un
porcentaje exitoso de rehabilitados visualmente. Los pacientes deben enviarse a
edades tempranas a la Consulta de baja visión.
Estudio Completo:
Buena información.
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