Con la evolución de la cirugía refractiva
corneal y el desarrollo tecnológico en el equipamiento utilizado en
Oftalmología se ha producido un incremento en el diagnóstico de las afecciones
oftalmológicas, como el queratocono y otras alteraciones de la superficie
corneal. Estas entidades derivan generalmente en significativas aberraciones
sobre el globo ocular y tienen una repercusión negativa sobre la calidad visual
de los pacientes.
Entre las opciones terapéuticas que se han puesto
en práctica para el tratamiento y corrección óptica de este tipo de ectasia se
encuentran el uso de lentes de contacto rígidos de polimetil metacrilato (PMMA)
y los de gas permeable en los casos más leves.
Otras alternativas son los anillos intraestromales,
el Cross Linking, la queratoplastia penetrante y la lamelar anterior en los más
severos; pero es evidente que, específicamente en los casos más avanzados de
queratocono, la calidad visual se ve muy comprometida e induce un alto nivel de
limitación en los pacientes que llegan a estos estados.
En la actualidad y desde hace ya un tiempo se
han ido popularizando, entre las opciones para la corrección de las ametropías
provocadas por el queratocono avanzado, los lentes esclerales o de apoyo
escleral, los cuales han demostrado mejorar de forma significativa la calidad
visual de estos pacientes, así como la agudeza visual mejor corregida con
respecto a las gafas correctoras y a los lentes de contacto de gas permeable.
Se plantea que cualquier tipo de compresión
mecánica sobre la córnea induce lesiones sobre el epitelio que se traducen
lentamente en un incremento del daño sobre este. El uso de lentes de contacto
rígidos de PMMA y de gas permeable está asociado con un aumento en el riesgo de
presentar cicatrización corneal en pacientes con ectasias.
En el caso de los lentes de PMMA se ha
disminuido considerablemente su uso y se ha ido sustituyendo de forma masiva
por los lentes permeables al gas en el afán de buscar mejoras en la oxigenación
de la superficie corneal y evitar las alteraciones posteriores al uso de estos
lentes por largo tiempo.
Ante estos problemas, los lentes esclerales
brindan una serie de beneficios extras, al poseer un gran diámetro y al
mantener la cara posterior de la óptica separada sin hacer contacto con la
superficie corneal, apoyándose más allá del limbo, sobre la esclera.
A todo esto se le añade que entre la superficie
posterior de la lente y el epitelio corneal se encuentre una capa líquida capaz
de neutralizar las irregularidades existentes en la superficie. Al tener este
diseño, estas lentes pudieran retardar o evitar las intervenciones quirúrgicas
y cicatrices, como a su vez favorecer la corrección de las diversas
aberraciones presentes.
Sustentado en los abundantes beneficios que
brindan los lentes esclerales, estos se han popularizado bastante en los
últimos años. A partir del desarrollo de la ortoqueratología, del surgimiento
de nuevas tecnologías y de materiales más perfeccionados y permeables
utilizados en su fabricación, se ha mejorado mucho su aireación y se ha ganado
en comodidad para el usuario y en calidad visual.
Constituyen en la actualidad una excelente
opción para diversas afecciones oftalmológicas que encuentran escasa solución
en otras alternativas. Por sus características y su alto nivel de
personalización, constituye una opción óptica y terapéutica efectiva que puede
utilizarse antes de acudir a procederes quirúrgicos más invasivos.
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