La visión binocular consiste en la coordinación
e integración de la imagen que recibe cada ojo por separado en una percepción
binocular única. Su funcionamiento adecuado depende de tres factores: la
anatomía del aparato visual, el sistema motor que coordina el movimiento de los
ojos y el sistema sensorial a través del cual el cerebro recibe e integra las
dos percepciones monoculares.
El parámetro por el cual se mide la función
binocular es la agudeza visual estereoscópica (AVE), estereoagudeza o umbral de
estereopsis, que proviene del griego imagen sólida: estero= sólido, y se define
como la menor disparidad binocular que puede ser detectada por un individuo. Se
mide en segundos de arco, minutos de arco o grados.
Existen varios métodos para la determinación de
la estereopsia, como son el Titmus, el Wirt, el TNO y el Lang. Los dos primeros
no miden exclusivamente estereopsia surgida de disparidad binocular, sino que
están contaminados de señales de profundidad no estereoscópicas, por lo cual el
paciente puede acertar la respuesta si realiza un desplazamiento lateral de la
mirada o fija alternadamente con uno y otro ojo, lo que puede evidenciar falsos
positivos.
Por el contrario, el TNO y el Lang se basan en
puntos aleatorios. Contienen solo señales de disparidad binocular para
construir la percepción de estereopsia; brindan sensación de estereopsia real
que solo puede existir en presencia de binocularidad normal. Son de fácil
comprensión y consecuentemente permiten su uso en niños preverbales.
La estereopsia se desarrolla rápidamente entre
los 3 y los 6 meses de edad. El desarrollo neural normal de las células
corticales binoculares requiere una imagen retinal clara durante el período
crítico de desarrollo visual (desde el nacimiento hasta los 8 años de edad).
Los valores normales de estereopsia en niños aún
no están totalmente definidos, ya que un factor importante en su determinación
es la colaboración de este. Coopers y otros determinaron la estereopsia en
niños de 3 a 11 años utilizando varios métodos, y concluyeron que los valores
normales del adulto se logran a partir de los 7 años.
Taylor y Lynn utilizaron la prueba de Randot en
niños de 3 a 7 años y obtuvieron los siguientes resultados: 3 años (100"),
4 años (70"), 5 años (50"), 6 años (40") y 7 años (45").
Arias Díaz, y otros, al evaluar la estereopsia con TNO en 500 niños entre 5 y 7
años, concluyeron que esta aumenta con la edad, pues sus resultados expusieron
que los 60" fueron alcanzados por el 67,3 % de los niños con 5 años, el
85,3 % de los que tenían 6 años y el 88 % de los de 7 años.
El desarrollo de la estereopsia posterior a la
cirugía de catarata pediátrica constituye el reto actual de los cirujanos, pues
ya es evidente la mejoría en los resultados visuales con el implante del lente
intraocular (LIO). La edad en que surge la catarata, su morfología, la
lateralidad y la demora en su corrección quirúrgica son algunos de los factores
que se evalúan para el logro de esta.
Según Pavlovic, los ojos de niños con catarata
avanzada que requieren cirugía presentan usualmente algún grado de ambliopía
previo a la cirugía. Jeffrey y otros reportaron que la experiencia visual
temprana mejora el resultado de la binocularidad en niños después de la cirugía
de catarata congénita monocular y también es probable que esta experiencia sea
aplicada en los casos bilaterales. Una excelente visión monocular es
generalmente reconocida como prerrequisito de la estereoagudeza fina.
Fuentes:
0 comentarios:
Publicar un comentario