Retraso en la maduración visual es el término
utilizado para describir aquellos niños con incapacidad de fijar o seguir
objetos en el ambiente, que no responden ante la proximidad de un objeto
amenazante o un destello de luz, por ejemplo, abrir y cerrar los ojos; pero
luego mejora a la edad de 6 meses sin tratamiento.
Se incluyen dentro de las posibles causas la
falta de oxígeno antes, durante o después del nacimiento, enfermedades
producidas por virus o bacterias como la meningitis y el citomegalovirus, o una
lesión traumática, aunque hoy en día queda poco consenso en cuanto a
la etiología de este fenómeno.
Estos niños con retraso en la maduración visual
parecen ciegos, incapaces de centrar la atención, fijar o seguir cualquier
parte del mundo visual. La exploración ocular y neurológica del niño es
completamente normal. Los síntomas se resuelven sin tratamiento y con
frecuencia, no se encuentra ninguna causa para la presentación inicial.
El retraso en la maduración visual se clasifica
en 3 grupos: el primero con retraso en la maduración visual como única anomalía
y una recuperación rápida y completa. El segundo incluye aquellos casos con
problemas oculares, como estrabismo, error refractivo elevado, retraso mental,
entre otros, logrando una recuperación más lenta y a menudo incompleta. El
tercer grupo incluye los casos con otras anomalías oculares.
Fuentes:
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