Blog Institucional del Centro Internacional de Retinosis Pigmentaria Camilo Cienfuegos de La Habana Cuba

martes, 5 de julio de 2016

La Coroiditis Serpiginosa, una afección ocular poco frecuente



coroiditis serpiginosaLa coroiditis serpiginosa (CS) se clasifica dentro del grupo de los síndromes de manchas blancas (SMB). Constituye una uveítis posterior bilateral de curso crónico y progresivo, donde se alternan fases activas y fases quiescentes. Cerca del 25% de los pacientes desarrollan membrana neovascular coroidea.

Su diagnóstico se basa fundamentalmente en la exploración oftalmoscópica, aunque, con frecuencia, ésta es insuficiente para determinar la actividad del cuadro y establecer así la actitud terapéutica más adecuada. 

El pronóstico visual en la CS está influido de forma determinante por la tendencia a la recurrencia del proceso inflamatorio. Estos episodios de inflamación recurrente son causa de una pérdida indolora aunque progresiva de la visión, de forma que resulta esencial identificarlos y tratarlos de forma precoz y agresiva. En este manejo suele ser preciso valorar diversos indicadores de actividad. El conocimiento y utilización de éstos resulta crucial en el seguimiento y toma de decisiones de estos pacientes.

No se presenta con carácter hereditario y es de incidencia similar en ambos sexos. Solamente se afectan los adultos en la cuarta o sexta década de la vida siendo los primeros síntomas y signos, la visión borrosa y escotomas. 

Usualmente hay ausencia de inflamación en el segmento anterior; el vítreo varía desde normal a ligera celularidad. Las lesiones suelen iniciarse en el área peripapilar y extenderse progresivamente de forma helicoidal hacia el polo posterior y el ecuador, y afecta frecuentemente la zona macular. 

Los bordes de estas lesiones pueden estar activos con apariencia edematosa y color amarillo grisáceo. Las áreas activas en semanas y meses comienzan a inactivarse y nuevas lesiones aparecen contiguas a las anteriores. 

Se han descritos casos en que solo está afectada la mácula, sin evidencias de lesiones peripapilares, que ocasionalmente se acompañan de estrechamiento vascular, desprendimiento del epitelio pigmentario de la retina y como complicación más frecuente la neovascularización subretiniana. El diagnóstico se sospecha ante las características del cuadro clínico.

El grado de afectación macular determina la visión del paciente. Las recurrencias son frecuentes y aparecen en un período de tiempo muy variable, lo que provoca un difícil control terapéutico. Como tratamiento se han intentado los corticoides e inmunosupresores sin haber sido eficaces en el control del curso de la enfermedad.

Fuentes:


Share:

0 comentarios:

Publicar un comentario

'; (function() { var dsq = document.createElement('script'); dsq.type = 'text/javascript'; dsq.async = true; dsq.src = '//' + disqus_shortname + '.disqus.com/embed.js'; (document.getElementsByTagName('head')[0] || document.getElementsByTagName('body')[0]).appendChild(dsq); })();