La
miopía es una entidad oftalmológica que, aunque está
influida por factores genéticos, también es resultado de factores
medioambientales, socioeconómicos y culturales. Con los avances tecnológicos
actuales (el desarrollo de la informática, la influencia de los videojuegos en
los niños) se ha incrementado la frecuencia de miopía en edades escolares.
Existen países en los que este fenómeno ha
tenido gran impacto. Algunas particularidades de esta entidad propician la
investigación sobre el tema, tales como su alta prevalencia en regiones
geográficas como Asia, su naturaleza progresiva en los niños y el efecto
deletéreo que tiene sobre la agudeza visual y la hipocorrección de la miopía.
En un estudio poblacional de China en individuos
en edades pediátricas se encontró una prevalencia de miopía alta de 4,3 ± 0,2
%.3 En estos casos no se trata solamente de un trastorno refractivo, sino que
padecen una enfermedad oftalmológica, con tendencia a la progresión en el
tiempo, y pueden llegar a desarrollar una miopía degenerativa.
La
miopía alta o degenerativa ha sido definida como el
defecto de refracción mayor de 6 dioptrías negativas de equivalente esférico,
en un ojo con longitud axial incrementada, de 26 mm o mayor, y clásicamente
acompañada de alteraciones coriorretinianas, fundamentalmente localizadas en el
polo posterior. Otros criterios consideran que la miopía es patológica cuando
el defecto refractivo excede las -8,00 D, pues en estos casos casi siempre se
acompaña de alteraciones de la visión.
Se
realizó un estudio observacional analítico, transversal, de 38 ojos con miopía
alta de 24 menores de 18 años, atendidos en consulta en el año 2011.
Se dividieron en dos grupos de edad: menores de 10 años y mayores o iguales a
10 años. Se describieron los hallazgos clínicos del fondo de ojo y se
compararon la longitud axial, el equivalente esférico, la agudeza visual mejor
corregida, el grosor macular central, la profundidad y el ancho del estafiloma
posterior.
La edad media de los niños fue de 9 años; el
equivalente esférico medio fue -8,94 D (entre -6 y -16,5 D) y la agudeza visual
mejor corregida media 0,26 logMAR. La longitud axial media aumentó con la edad
(p= 0,001). Hubo evidencia de correlación entre la longitud axial y el
equivalente esférico (p= 0,008; rho= -0,436).
Clínicamente el polo posterior fue normal en el
36,84 %, fundamentalmente en menores de 10 años; predominó el estafiloma
posterior en el 39,47 %; todos fueron simples, seguido de la atrofia en
semiluna temporal (36,84 %). No hubo alteraciones foveales.
La periferia retiniana se exploró en el 52,63 %
y el 85 % no tuvo lesiones. Se encontraron diferencias significativas entre
ambos grupos de edad en cuanto a longitud axial, el grosor macular central a
90° y la profundidad del estafiloma (p= 0,001, p= 0,02 y p= 0,036,
respectivamente).
Se
concluyó que la frecuencia del fondo de ojo normal disminuye con la edad en los
ojos de los niños con miopía alta. Predominan las
formas simples de estafiloma y la atrofia peripapilar en semiluna temporal, sin
lesiones foveales.
Estudio
Completo:
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