El trasplante de córnea (o queratoplastia) es la
sustitución, mediante cirugía, de una córnea enferma por la sana de un donante.
Existen dos tipos de queratoplastias: la de espesor total o penetrante y la de
espesor parcial o lamelar.
Usted probablemente estará despierto durante el
trasplante, pero le aplicarán un medicamento para relajarlo. La anestesia local
(medicamento insensibilizador) se le inyectará alrededor del ojo para bloquear
el dolor e impedir el movimiento ocular durante la cirugía.
¿En
qué casos está indicado el trasplante de córnea?
Principalmente en aquellos casos en los que la
córnea presenta algún tipo de opacidad o irregularidad que dificulta la visión.
Las patologías en las que con más frecuencia se aplica esta técnica son las
queratitis herpéticas, los queratoconos, las queratitis infecciosas y las
descompensaciones corneales.
¿Cuándo
es necesario un trasplante de córnea?
Los trasplantes de córnea pueden tener tres
fines: óptico, cuando se trata de devolver la visión al receptor; terapéutico,
para salvar el globo ocular o mantener su integridad hasta futuras
intervenciones, y estético, cuando se hace para eliminar opacidades que afean
el rostro o afectan la autoestima del paciente.
Un transplante de córnea es necesario si la
visión no se puede corregir satisfactoriamente con anteojos o lentes de
contacto, o si una hinchazón dolorosa no se puede aliviar con medicamentos o
lentes de contacto especiales.
Hay que tener en cuenta la magnitud de esta
cirugía antes de su elección terapéutica. Por un lado se deben seleccionar
aquellos casos en los que el resto de las estructuras oculares están lo
suficientemente conservadas como para permitir una mejoría aceptable de la
visión. Por otro lado deben descartarse aquellos en los que la visión
preoperatoria es lo suficientemente buena como para que no valga la pena asumir los riesgos de la
intervención.
¿En
qué consiste la operación y, en general, qué resultados se alcanzan?
El cirujano extrae un”botón” circular de la
córnea dañada, sustituyéndolo por otro de córnea sana de un donante,
procediendo a suturarlo con puntos no reabsorbibles. Una vez finalizado el
procedimiento el ojo debe permanecer ocluido durante 24 horas, tras las cuales
se inicia un tratamiento con gotas y pomadas oftálmicas que suele prolongarse
durante meses.
Durante la primera semana la persona en cuestión
debe evitar agacharse o levantar grandes pesos, pero se puede continuar con la
vida normal. Los puntos de sutura se empiezan a retirar a partir de los 6-12
meses.
Los injertos corneales pueden ser totales
(cuando se injerta todo el espesor de la córnea) o lamelares (cuando se
trasplantan sólo algunas capas de la córnea) y consisten en retirar la córnea
enferma en el paciente y sustituirla por una córnea humana de cadáver. Los
resultados son buenos en el 90%.
¿Existe
la posibilidad del rechazo del tejido trasplantado?... ¿Cuál es el lapso en qué
puede producirse?
Sí, existe la posibilidad del rechazo al injerto
y este se puede presentar después de los 21 días de la cirugía. Pero tiene la
ventaja de presentarse con menor frecuencia que en otros órganos trasplantados
como el riñón, por ser la córnea un tejido avascular (desprovista de vasos).
Los linfocitos y las células plasmáticas son los
elementos principales del rechazo de injertos de córnea. Estas células están
sensibilizadas a los antígenos del injerto y son competentes inmunológicamente
para buscar y destruir las células donantes.
Otros riesgos para el trasplante de córnea son:
- Sangrado
- Cataratas
- Infección del ojo
- Glaucoma (presión alta en el ojo que puede causar pérdida de la visión)
- Pérdida de la visión
- Cicatrización del ojo
- Inflamación de la córnea
Fuentes:
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