Científicos
desarrollan un dispositivo que, implantado debajo de la glándula lagrimal
inferior, aumenta la generación de lágrimas en casi un 57 %.
Científicos han
desarrollado un dispositivo que estimula electrónicamente la producción de lágrimas,
lo que ofrece esperanza a los enfermos que padecen síndrome de ojo seco, una de
las patologías oculares más comunes en el mundo.
El dispositivo,
de 16 mm de largo, 3-4 mm de ancho y 2,1 mm de espesor, se implantó debajo de
la glándula lagrimal inferior en los ojos de conejos y se activó de forma
inalámbrica, mostrando un aumento de la generación de lágrimas en casi un 57 %,
como se detalla en un artículo publicado este viernes en la revista Journal
of Neural Engineering.
“He estado
trabajando en interfaces electro-neuronales durante una década, pero la idea de
estimular la glándula lagrimal para la producción de lágrimas vino de mi
compañero postdoctoral, Michael Ackermann”, relata uno de los autores del
trabajo, el profesor Daniel Palanker, de la Universidad de Stanford, en Palo
Alto, California, Estados Unidos.
“El ojo seco
–la deficiencia de la película lagrimal en la superficie de la córnea que
conduce a inflamación de la córnea y la conjuntiva– es uno de los trastornos
del ojo más comunes, afectando a un entre 5 y 6 % de la población, y casi 5
millones de personas mayores de 65 en Estados Unidos. Actualmente no tiene un
tratamiento eficaz”, explica Palanker.
Los
investigadores también descubrieron que la vía neural aferente –la vía neural
desde neuronas sensoriales hasta el cerebro que activa el reflejo lagrimal–
ofreció una manera aún más eficiente de mejorar la producción de lágrimas
“Al principio,
sólo planeamos estimular la glándula lagrimal –continúa Palanker–. La mayor
sorpresa para nosotros fue descubrir que la estimulación de la vía neural
aferente proporcionó una respuesta lagrimal más potente y de larga duración”.
La siguiente
fase de la investigación será evaluar la “calidad” de las lágrimas producidas,
ya que además del volumen, también son importantes las proteínas y los lípidos.
Se están realizando ensayos clínicos de este dispositivo para su aprobación por
parte de la agencia norteamericana del medicamento (FDA).
“Espero verlo
en el mercado en los próximos años -señala Palanker–. Mientras tanto,
continuamos con la investigación sobre los mecanismos de la respuesta lagrimeo,
la mejora y la calidad de las lágrimas producidas por la estimulación de los
nervios”.
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