Ojos muy grandes, incomodidad ante la luz y
lagrimeo excesivo, son algunas señales que indican que un niño menor de tres
años de edad padece de glaucoma primario congénito.
Estudios indican que aproximadamente 1 de cada
10 mil niños nacidos vivos padece de glaucoma primario congénito, mientras que
al referirnos a glaucoma infantil en general la incidencia aumenta a 1 de cada
5000 niños nacidos vivos. Adicionalmente, esta enfermedad se da en su mayoría
en niños varones tanto por condición genética, como por como por estilo de
vida.
Los especialistas indican que el glaucoma
juvenil (aquél que se da en niños mayores de 3 años de edad), a diferencia del
glaucoma primario congénito, no presenta señales que puedan alertar a los
padres, por lo que solo es identificable durante la consulta oftalmológica.
Las principales causas de glaucoma congénito
primario es, como su nombre lo indica, la herencia. En estos casos, no es
necesario que los padres padezcan de glaucoma para que sus hijos sufran de la
enfermedad, pero si es posible que sus demás hijos también lo hagan.
Existen otras causas del glaucoma infantil,
denominadas secundarias, como por ejemplo traumatismos (golpes fuertes) en el
ojo, las enfermedades inflamatorias del ojo, el uso de cortisona en gotas,
ingerido y/o inhalado. Por otra parte, el 20% de los niños operados de catarata
congénita padece de glaucoma, por lo que también es considerada una causa
importante.
Dado a que la alteración o aumento de la presión
del globo ocular puede a su vez provocar daño en la córnea y que el ojo sea más
grande de lo normal, el tratamiento consiste principalmente en bajar la presión
del ojo.
En la mayoría de los casos de glaucoma congénito
es necesario recurrir a la cirugía y, posteriormente, complementar el
tratamiento con gotas oftalmológicas. Además es importante mencionar que en los
niños es común que se necesiten más de una cirugía a lo largo de su infancia.
La cirugía es eficaz en el 80-90% de los casos de
glaucoma infantil primario cuando los pacientes son intervenidos cuando tienen
entre 2 y 24 meses (el porcentaje de éxitos disminuye cuando los pacientes
tienen menos de 2 meses o más de 2 años de edad).
En el 20-30% de los casos es necesaria una
segunda intervención. El pronóstico visual para los niños tratados con estas
técnicas quirúrgicas es bueno: del 50 al 80% de los casos obtendrán una agudeza
visual de 20/60 o mejor.
Las complicaciones de este tipo de cirugía
incluyen la hemorragia, la inflamación, la formación de cataratas, la
incarceración del iris o del vítreo, endoftalmitis o infección de la parte
interna del ojo, desprendimiento de retina o de la coroides (otra de las capas
del ojo) e hipotonía o disminución anómala de la presión intraocular.
Fuentes:
http://publimetro.pe/vida-estilo/noticia-uno-cada-5-mil-ninos-padece-glaucoma-infantil-63735?ref=ecr
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