La evidencia
científica no respalda la terapia visual como un tratamiento para la dislexia.
No hay ninguna
evidencia de que los niños que reciben terapia visual sean más receptivos a la
instrucción escolar que los niños que no la reciben.
La dislexia
afecta la habilidad del cerebro para pronunciar correctamente las letras, no la
habilidad para verlas.
La terapia
visual usa ejercicios para los ojos para tratar problemas de visión que pueden
afectar leer y aprender, como la insuficiencia de convergencia.
La terapia
visual, por muy recomendable que sea, por sí sola no enseña a leer ni a
escribir.
La terapia
visual no es lo mismo que el tratamiento tradicional para corregir problemas
como la hipermetropía (dificultad para ver de cerca).
Tratar los
problemas de la visión puede hacer que sea más cómodo leer, pero no va a
facilitar decodificar o pronunciar las letras.
Los pediatras y
los oftalmólogos no respaldan la terapia visual para tratar discapacidades de
aprendizaje y de atención como la dislexia.
Si le preocupa
la visión de su hijo, es importante realizar un examen completo de la vista
para determinar si tiene problemas de visión.
Fuentes:
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