Los adultos mayores que toman aspirina todos los
días son dos veces más propensos que los que no lo hacen a tener degeneración
macular avanzada, una disminución visual asociada con la edad.
Estos resultados de un nuevo estudio no demuestran
que la aspirina cause pérdida visual, pero preocupa si el fármaco exacerba de
alguna manera ese trastorno ocular, dada la gran cantidad de adultos mayores
con enfermedad cardíaca que lo utilizan.
"Lo mejor para las personas con degeneración
macular asociada con la edad (DMAE) sería no recomendarles el uso de
aspirina", dijo William Christen, del Brigham and Women's Hospital, en
Boston, y que no participó del estudio.
El equipo del doctor Paulus de Jong, del Instituto
para la Neurociencia y el Centro Médico Académico de Holanda, reunió
información sobre la salud y el estilo de vida de 4700 adultos mayores de 65
años.
El estudio, publicado en la revista Ophthalmology
(doi:10.1016/j.ophtha.2011.06.025), incluyó adultos mayores de Noruega,
Estonia, Gran Bretaña, Francia, Italia, Grecia y España.
Treinta y seis de los 839 participantes que
tomaban aspirina todos los días, tenían una forma avanzada de DMAE llamada
degeneración macular húmeda. Eso equivale a cuatro de cada 100 usuarios de
aspirina, comparado con dos de cada 100 personas que tomaban aspirina no tan
frecuentemente.
La forma húmeda de la enfermedad se produce cuando
los vasos del ojo pierden sangre, lo que produce la pérdida de la visión en el
centro del campo visual. La forma seca, en cambio, es más común y no tan grave,
aunque también provoca disminución visual.
Ambas formas son la principal causa de disminución
visual en los mayores de 60 años y afectan a millones de adultos.
El equipo no halló relación entre el uso de
aspirina y la forma seca de la DMAE ni con los estadios iniciales de la
enfermedad. "Eso no sorprende. La aspirina tendría otros efectos en las
etapas iniciales que en las avanzadas de la DMAE", dijo Christen.
Paulus comentó que con su equipo "analizó
meticulosamente" si la enfermedad cardiovascular habría influido en los
resultados y halló que los usuarios de aspirina, sin importar su estado de
salud cardíaca, seguían teniendo un alto nivel de riesgo de desarrollar la
forma más grave de pérdida visual.
Si bien sería una buena idea advertirles a los
pacientes con DMAE que la aspirina puede tener un efecto negativo en la
enfermedad, Paulus recordó: "Un ojo sano con capacidad visual plena es
inútil en un cuerpo sin vida".
Es decir que en los pacientes con enfermedad
cardiovascular tratados con aspirina para evitar que su condición empeore, los
beneficios del fármaco superan los riesgos visuales.
Paulus insistió en la necesidad de contar con
estudios más grandes de seguimiento poblacional para determinar el alcance de
los efectos de la aspirina en la DMAE.
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