El examen convencional para tamizaje de
retinopatía diabética (RD) comprende la evaluación oftalmológica de fondo de
ojo bajo dilatación pupilar. Sin embargo, la incorporación de la cámara no
midriática (CNM) y telemedicina permite el acceso más sencillo y cómodo para la
evaluación regular de fondo de ojo1 a un gran número de pacientes, reduciendo
así las barreras de asistencia de servicios y personal.
La Asociación Americana de Diabetes (ADA)
recomienda la primera revisión bajo dilatación pupilar por un oftalmólogo u
optometrista en pacientes con diabetes mellitus tipo 1 (DM1) 5 años después del
diagnóstico de diabetes y en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 (DM2) al
momento del diagnóstico.
En ambos tipos de diabetes, los pacientes sin
lesiones asociadas a retinopatía diabética, con cambios mínimos
(microaneurismas, hemorragias y exudados aislados) o tratados previamente con
fotocoagulación deberán ser revisados nuevamente bajo dilatación pupilar cada
año. Pacientes con grados severos de retinopatía deben ser valorados por un
oftalmólogo en un periodo no mayor a 3 meses para recibir un manejo
especializado como revisión estrecha, fotocoagulación láser, inyecciones
intraoculares y/o cirugía.
Kheenum y colaboradores realizaron un estudio
prospectivo en 949 pacientes con DM1 y DM2 que incluía la evaluación de fondo
de ojo con CNM. Los participantes tenían entre 21 y 94 años de edad, una media
de edad de 53.9 ± 10.4 años y 9.6 ± 9.4 años viviendo con diabetes. El objetivo
de este estudio fue medir el nivel de adherencia de las recomendaciones
personalizadas posteriores a la revisión basadas en la severidad de los
hallazgos encontrados.
Los autores reportaron que de 112 pacientes con
hallazgos de urgente evaluación (nervio óptico glaucomatoso, cataratas y
maculopatía), únicamente asistió el 18% a su revisión semanal. De 300 pacientes
cuyos hallazgos requerían revisión y/o manejo a 3 meses asistió un 25%. Sin
embargo a 2 años de seguimiento el 51% de los pacientes no recibieron ningún
tipo de evaluación oftalmológica, considerando que los servicios eran de bajo
costo y en ciertos casos gratuitos. Los pacientes que no cumplieron con las
recomendaciones otorgadas fueron los más jóvenes, con menor tiempo de
diagnóstico de diabetes y los que menos conocían sus niveles de hemoglobina glucosilada.
Las medidas necesarias para prevenir la pérdida
visual incluyen no sólo un buen control de los parámetros metabólicos y las
revisiones periódicas de fondo de ojo, sino el cumplimiento de las
recomendaciones.
Se han descrito múltiples factores que repercuten
negativamente la adherencia tales como problemas económicos, edad avanzada,
largos tiempos de espera para recibir atención, distancia de las clínicas y
hospitales e incluso la falta de referencia por parte de médicos de primer
contacto6. Es fundamental que cualquier profesional de la salud (médico,
nutriólogo, educador, etc) proporcione educación al paciente con diabetes y a
sus familiares sobre el cuidado oftalmológico con el fin de concientizar y
responsabilizar el autocuidado y prevención de ceguera por esta enfermedad.
Fuentes:
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