En este siglo XXI se habla de una "epidemia
global de diabetes", fenómeno relacionado particularmente con la diabetes
mellitus tipo 2.
Numerosos estudios han demostrado que los
pacientes diabéticos cursan con inestabilidad lagrimal y signos de metaplasia
escamosa conjuntival, independientemente del tipo de diabetes.
Los cambios producidos en la córnea de los
pacientes diabéticos por lo general son manifestación de la polineuropatía,
consecuencia de las alteraciones metabólicas y de la microcirculación.
Entre el 47 y el 64 % de los pacientes
diabéticos presentan síntomas de ojo seco en algún momento de su vida.
Los estudios refieren a la inyección conjuntival
como el signo más temprano de ojo seco y la queratitis punctata como el signo
más característico.
Los pacientes diabéticos son propensos a
enfermedades inflamatorias de los párpados (blefaritis, blefaroconjuntivitis y
chalazión), estas inflamaciones crónicas influyen en el adecuado funcionamiento
de la porción lipídica de la lágrima, favorecen la evaporación y aumentan la
osmolaridad de esta.
El tiempo de evolución de la diabetes mellitus
se ha establecido como el factor de riesgo fundamental relacionado con la
aparición de complicaciones; a medida que este aumenta, mayor es la
probabilidad de sufrir una complicación.
La diabetes mellitus es un problema de salud
real en la actualidad. Las personas diabéticas presentan con frecuencia daño de
la superficie ocular con síntomas y signos de ojo seco, por lo que deben
asistir al Servicio de Oftalmología periódicamente.
Fuentes:
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