Las nuevas tecnologías que están disponibles
ampliamente para los jóvenes, como los teléfonos móviles y las computadoras
portátiles, a menudo tienen características de accesibilidad para los usuarios
con deficiencias visuales u otras deficiencias.
Las familias y los profesores
han observado que los niños y los jóvenes utilizan la función de amplificador
para agrandar el texto o las imágenes y a menudo también utilizan estos
dispositivos para encontrar información de forma más independiente. Los
dispositivos electrónicos también parecen ser socialmente más aceptables para
los niños y los jóvenes, que a menudo temen "destacarse" de los
compañeros al utilizar ayudas ópticas voluminosas.
Se necesitan estudios de investigación para
determinar si los niños y jóvenes con baja visión realmente pueden utilizar
estas "tecnologías de apoyo" de forma exitosa en la escuela y en el
domicilio y si estas tecnologías mejoran su participación en la educación. Las
ayudas electrónicas deben permitirles a los jóvenes leer de forma más
independiente, más rápido y con mayor precisión que sin ayudas y debe ser fácil
llevar los dispositivos de un aula a otra. Cuánto se utiliza una tecnología
electrónica diariamente también es un buen indicador de cuán bien funciona para
el joven.
En todo el mundo se calcula que hay 3 000 000 de
niños y jóvenes con baja visión. Las familias y los profesionales sanitarios y
educacionales necesitan pruebas de alta calidad para informar la elección de la
tecnología para un niño o joven con baja visión. Los estudios de investigación
futuros deben medir resultados funcionales como la exactitud, la comprensión y
la velocidad de la lectura, así como el impacto de las tecnologías de apoyo en
el aprendizaje independiente y la calidad de vida, y los resultados relevantes
para las familias y los profesores.
Fuentes:
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