Es la principal
enfermedad del sistema lagrimal, y se observa con mayor frecuencia en lactantes
y en personas mayores de 40 años, nos avanza la profesora Nereyda Martínez
Suárez, especialista de segundo grado del Servicio de Cirugía Oculoplástica del
Instituto Cubano de Oftalmología Pando Ferrer.
Como sabemos, el
sistema lagrimal consta de dos partes: una encargada de la producción de las
lágrimas (glándula lagrimal), situada en el ángulo superior externo de la
cuenca del ojo; y la otra, la excretora, responsable de la evacuación de las
lágrimas (saco y conductos lagrimales), ubicada en la cara interna de la órbita
ocular.
¿Es uno o son varios los tipos de
obstrucción lagrimal existentes?
Pueden ser de nacimiento (congénita) o de causa
adquirida, con manifestaciones crónicas o agudas.
¿Se conocen las causas de cada una
de ellas?
Las congénitas se originan por la falta de
canalización del conducto lácrimo-nasal; y las adquiridas por obstrucción de
ese conducto, en este caso como consecuencia de infecciones oculares y nasales,
estenosis (estrechez), traumatismos, litiasis (cálculos en esos conductos),
cuerpos extraños, sinusitis y tumoraciones.
¿Cuál es su frecuencia en nuestro
medio? ¿Se manifiesta por igual en uno y otro sexo?
Se estima que entre un 5 y 7% de los recién
nacidos presentan obstrucción lagrimal. Predomina en el sexo femenino y en la
raza blanca.
¿Cuáles son sus manifestaciones
principales?
Un persistente lagrimeo y secreciones oculares
en uno o en ambos ojos. En las congénitas los padres refieren que estos
síntomas los presenta el niño desde el nacimiento. En ocasiones se acompaña de
un aumento de volumen del saco lagrimal. En las adquiridas el lagrimeo
constante es el síntoma fundamental y, con el decursar, se distiende el saco
lagrimal, con la salida de secreciones al ser comprimido.
¿Cómo se establece el diagnóstico?
En las congénitas se llega al diagnóstico
mediante una sencilla prueba denominada "test de desaparición del
contraste", con el empleo de colirios coloreados; en los adultos se
realizan exploraciones de las vías lagrimales y estudios radiológicos
contrastados, entre otros.
¿Constituye en todas sus variantes
una urgencia médica?
La forma aguda de la enfermedad constituye una
urgencia médica, cuando el paciente presenta aumento del saco lagrimal con
signos inflamatorios localmente (piel roja, dolor intenso, secreciones) y en
ocasiones fiebre.
En cuanto al tratamiento, ¿qué
conducta seguir cuando niños o niñas nacen con obstrucción lagrimal?
En las congénitas un alto porcentaje de niños y
niñas curan espontáneamente en los primeros meses de vida, o con sencillas
maniobras realizadas por los especialistas (compresiones o masajes del saco
lagrimal). Si al año de edad mantienen la obstrucción se procederá entonces a
practicarles un sencillo proceder quirúrgico, con un buen pronóstico.
¿Y en cuanto a los adultos con
padecimientos crónicos?
El tratamiento definitivo es también quirúrgico,
aunque esta cirugía es más compleja.
¿Nos quedaría algo esencial por
decir?
Solo subrayar que un lagrimeo persistente no es
siempre el resultado de una obstrucción lagrimal, porque puede ser también
debido a inflamaciones de la córnea, de una uveítis (inflamación del iris), la
presencia de cuerpos extraños, o glaucoma congénito en los niños pequeños. De
ahí la importancia de acudir a un especialista en Oftalmología para establecer
un diagnóstico y tratamiento oportunos.
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