Orfilio Orestes Peláez Molina. Médico
oftalmólogo. Notable científico, conocido internacionalmente por haber
concebido un nuevo tratamiento para la Retinosis Pigmentaria.
Síntesis biográfica
Nació el 17 de noviembre de 1923 en Magarabomba
(actual poblado del mismo nombre, perteneciente al municipio Céspedes de la
provincia Camagüey), Cuba.
Estudios
Procedente de una zona rural, en 1939 ingresó en
el Instituto de Segunda Enseñanza de Camagüey. Hubo de mostrar una voluntad
férrea frente a oposiciones familiares, necesidades materiales y opiniones
desalentadoras de otros facultativos, ante su decisión de estudiar Medicina, y
especializarse finalmente en Oftalmología. Se graduó como médico en la
Universidad de La Habana en 1951, e inició su actividad profesional en el
Hospital “Pedro Borrás”, donde se dedicó a la Pediatría Oftalmológica.
Trayectoria laboral
Con posterioridad ejerció en la Clínica Acción
Médica, en la Liga contra la Ceguera (actual Hospital Oftalmológico “Ramón
Pando Ferrer”), y en el Servicio de Neuroftalmología del Hospital “Calixto
García”. Llegó a alcanzar las categorías de Especialista de Segundo Grado en
Oftalmología y de Doctor en Ciencias Médicas. Recibió adiestramientos en
Queratoplastia, Microcirugía Ocular y Traumatología durante los años 1968-1970,
en España y la URSS., país este último donde fue becario de los Institutos
Krasnov y Fiódorov.
Muerte
Falleció en Ciudad de la Habana, Cuba, el 17 de
enero del 2001.
Aportes científicos
Tras concebir un nuevo tratamiento para la Retinosis Pigmentaria, logró con éste que la enfermedad se detuviera, en un 75%
de los casos atendidos, así como una mejoría de la visión, en un 16% de ellos.
Esta innovación quirúrgica, que comenzó su aplicación en 1987, comprende la
introducción en el espacio subesclerótico de tejido vascular retro-orbital, del
propio paciente, para la revitalización de las células fotorreceptoras
retinianas. El Dr. Peláez combinó además dicho procedimiento operativo con la
aplicación intravenosa de ozono y suplementos vitamínicos, así como con la
terapia electromagnética. Reconoció la importancia del diagnóstico precoz de la
afección, el cual posibilita una mejoría de hasta un 90% de los casos.
Otro de sus aportes científicos a la medicina
cubana fue el estudio sobre el "signo del tatuaje", en la
localización de cuerpos extraños intraoculares magnéticos. Entre sus
principales investigaciones estuvieron: la epidemiología de los traumatismos
oculares; la epidemiología y ensayos clínicos en el tratamiento de la
Conjuntivitis Hemorrágica en Cuba; las quemaduras y causticaciones oculares. En
relación con la retinosis pigmentaria, llevó adelante estudios epidemiológicos,
heredo-familiares y de sus características clínicas y oftalmológicas en el
niño, el adulto y el anciano cubanos. Realizó, además, experimentos quirúrgicos
en animales de laboratorio, en instituciones científicas de Cuba y Suecia.
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